¿Cuántas veces al día utilizas emoticones en tus conversaciones en línea?
¿Crees que es parte del lenguaje, lo va a arruinar o que es una evolución?
Aquí te aclaramos todas tus dudas.
¿De dónde salieron?
Los emoticones, término que viene de unir “emoción” en inglés: emotion e ícono en español (emoji en Japón), son símbolos gráficos que se utilizan dentro de la tecnología: correos electrónicos, Whats App, Facebook, Twitter y todas las plataformas digitales, para expresar un estado de ánimo, según la RAE (link aquí).
Ahora, ¿por qué existen? Su historia se remonta hasta 1982 en la Universidad Carnegie Mellon, Estados Unidos. En el equipo de la universidad, en la comunicación en línea que tenían, surgían numerosos conflictos entre mensajes serios y mensajes de broma, porque no había forma de distinguirlos. Scott Fahlman, investigador de informática de esa universidad, estableció que se diferenciarían, de ese momento en adelante, con :-) o :-( para indicar si eran bromas o mensajes en serio.
Ese fue su origen más básico. Pero en Japón se retomó esta idea y en 1990 Shigetaka Kurita, parte del equipo de una plataforma de internet móvil, creó el primer “Emoji” (en japonés es “imagen” y “letra”, juntos sería “ideograma”) y se colocó en los celulares Pocket Bell 5 años después.
Cuando vieron el éxito de esta incorporación, se crearon muchos más (176 para ser exactos) y hoy en día Unicode, una empresa dedicada a estandarizar y aprobar normas, caracteres del lenguaje y emoticones, es quien añade nuevos diseños a nuestros teclados.
Aunque, si somos sinceros, no es la primera vez que hablamos “con dibujitos”. Desde los pictogramas, la iconografía y los ideogramas que se utilizan actualmente, es evidente que el ser humano necesita auxiliares visuales en su comunicación.
¿Por qué son tan populares?
Lo cierto es que todos usamos emoticones, especialmente en el ámbito coloquial. Con amigos, familiares o seres queridos nos encontramos mandando corazones, una carita que se ríe, está preocupada o guiñando el ojo. En el ámbito formal es poco común y las nuevas generaciones tampoco los utilizan en esa área.
Pero ¿por qué se usan TANTO? La respuesta es muy sencilla: todos somos emocionales. Además de visuales, nos enganchamos con la película que nos hace sentir identificados, nos emocionamos cuando vemos un rescate de un perrito (si somos animalistas) o sabemos del rescate de los niños atrapados en la cueva de Tailandia.
Sin embargo, a pesar de lo emocionales que somos, la forma de comunicación predominante hoy en día es multimedia: Mandamos mensajes por What’s app, por Facebook Messenger, por correo electrónico e incluso por mensajes de texto, medios donde no se trasmite el tono de nuestra idea.
¿Cuántas veces hemos tenido problemas por una mala interpretación? Si mandamos un mensaje que solo diga “Sí, nos vemos al rato” nuestro interlocutor puede acusarnos de “poco interés”. Pero si escribimos: “Sí, nos vemos al rato” e incluimos un emoticón de una carita sonriente y quizás incluso un globo, el cerebro traducirá esas imágenes en emociones y sentiremos que la emoción del otro es tan grande como la nuestra.
¿Te ha pasado?
Básicamente, los emoticones son como el “lenguaje corporal” de nuestros mensajes. Si nos cruzamos de brazos, ponemos cara de hartazgo o nos reímos mucho con una imagen, la única manera de transmitirlo de manera inmediata es por medio de emoticones.
¿Evolución o detrimento del lenguaje?
Ahora, su uso tan continuo ha generado muchas preguntas sobre nuestro lenguaje actual, ¿son buenos o no para el idioma?
En realidad, son un complemento. Muchos afirman que son detrimento porque llevan a dejar de usar el lenguaje, pero solo sucede en ámbitos informales. No podríamos leer un reporte empresarial únicamente con emoticones ni dar la proyección financiera de la misma manera (aunque sí tengan elementos visuales).
De hecho, es una incorporación tan relevante dentro del idioma, que se han hecho simposios al respecto y estudios extensivos sobre su incorporación en el lenguaje. Los resultados son sorprendentes: los emoticones tienen distintos significados según su cultura y la forma en que cada país o región se aproxima a diversos elementos, ¡tienen una interrelación cultural!
Por ejemplo, el emoticono de “pizza” en Italia simboliza comida: cubiertos, comida y todo lo que esté relacionado con ello; mientras en Estados Unidos el emoticón de “pizza” solo significa… pizza. El platillo con ese nombre. Si quieres ver más entra aquí a conocer los detallados resultados del estudio.
Un emoticono no sustituye el lenguaje escrito. Puedes hacer historias sencillas o contar relatos divertidos, pero no puedes explicar historias complejas, contar el pasado ni tratar temas importantes con ellos.
Este símbolo gráfico ha cobrado tal relevancia que existe el Día Mundial del Emoji el 17 de julio. ¿Por qué esa fecha? Porque es la señalada en el emoticono de “calendario” en la plataforma de Apple.
¿Tú qué opinas? ¿Estás a favor o en contra de su uso?
Finalmente, en términos del lenguaje, el hablante siempre tiene la última palabra.