Corrección de estilo y redacción
El miércoles pasado no pude subir una reseña/comentario de un libro. La verdad es que no he podido leer ningún libro en estas semanas porque he estado con mucho trabajo (todavía, pero ya un poco menos yey).
Pensando en esto, decidí que era momento de hablarles de lo que hago, porque cuando digo que hago "Redacción y corrección de estilo" (no importa el orden en que lo diga), es casi inevitable que pongan cara de incógnita, aunque, la verdad sea dicha, lo disimulan lo mejor que pueden.
Así que, les contaré de qué va ser una redactora, correctora de estilo y traductora freelance.
¿Qué hago como redactora?
Lo primero que respondo cuando me preguntan "eso qué es" (en las más variadas formas) es: "Escribo en páginas web y blogs". Honestamente, esta respuesta es un poco sesgada, pero no voy a describirles a media plática algo que me lleva toda una entrada.
Afortunadamente, esta es una entrada.
Ser redactora es manejar el lenguaje, en este caso el español. He decidido especializarme en el manejo del SEO (¿el qué?), que es como se le dice a los lineamientos que siguen los motores de búsqueda de Google para que tus artículos o lo que escribas aparezcan en el buscador Google, en los primeros lugares. Esto es el uso de palabras clave, categorías, títulos y más pequeñas minucias divertidas.
Aún así, me encanta escribir, como ya lo he dicho muchas veces alrededor de diversas secciones en este blog. Entonces, aunque me he especializado en SEO y escribo principalmente en páginas web, la verdad es que he escrito de todo: Currículum vitae de otros, cartas de recomendación, cartas objetivo e incluso alguna vez capítulos para un libro de corte político-administrativo (¡cómo me costó encontrar el tono de ese escrito!).
Siempre solicito lo mismo antes de redactar un texto: Qué quieren que diga (una receta, una recomendación, un artículo de bodas, etc.), para qué tipo de público (con este encuentro el tono: formal, informal, etc.), de qué longitud y con énfasis en qué (puede ser el restaurante, su historia, el platillo principal, ¡es tan variada la escritura!). Cuando comienzo con alguien el primer artículo lo tomo de "prueba" (aunque lo cobro) y hago todas las correcciones necesarias para que lo dicho se exprese exactamente como lo quieren. Ese se podría decir que es mi talento.
Pero, quizás lo más importante de ser redactor es que saber escribir me permite conocer el uso del lenguaje en todas sus presentaciones, por lo que al momento de corregir sé qué estoy buscando cuando me presentan un documento. Lo cual me lleva al siguiente punto.
¿Qué hago como correctora de estilo?
La corrección de estilo me encanta, a veces incluso más que escribir. He corregido cartas formales, tesis de maestría, de licenciatura y últimamente incluso una novela. Amo hacer eso.
¿Qué es lo que hago exactamente? Como correctora de estilo mi trabajo es que lo que alguien más escribe sea completamente legible y se comprenda por un tercero exactamente en el tono que debe tener. Por ejemplo, hace poco corregí una novela (que amé) y mi trabajo fue asegurarme de que la puntuación casi te indicara a ti, como lector, cuándo respirar, cuándo emocionarte y cómo ir siguiendo el hilo de la trama para que te enredes en ella. Es emocionante, pero sí es revisar palabra por palabra para que todo encaje como en un rompecabezas muy elaborado bajo los esquemas que hacen que una redacción se vuelva coherente y apasionante.
Sintaxis, puntuación, ortografía, coherencia, gramática y más...
Les contaré algo. Hace como medio año un amigo me preguntó qué se necesitaba para ser corrector de estilo, le expliqué algunas cosas y me dijo: "seguro lo puedo hacer yo". No lo contradije (¿para qué?), pero sí le dije que se tomara unos cursos y empezara a hacerlo, si es que se le hacía tan fácil.
Pasó y meses después mi Whats saltó con un mensaje de él. Me pidió ayuda para entender qué le fallaba en un examen virtual de la UNAM sobre redacción y corrección de estilo, me pidió que lo hiciera para saber. No era certificado, ni mucho menos, pero te decían cuántos puntos sacabas sobre el tema y era rápido, así que empecé a hacerlo y después de la parte de puntuación y ortografía llegué a corrección de estilo. Eran, creo, unos seis textos diferentes, le pregunté cuál le interesaba y me dijo que cualquiera, así que abrí uno, lo corregí todo en dos minutos, le tomé una captura de pantalla y se lo mandé; sinceramente me divertí y terminé haciendo los seis textos por completo y de forma correcta, no me habrá tomado más de 12 minutos (eran de unos cuantos párrafos nada más). Este amigo, sorprendido, me confesó que no había podido pasar de seis correcciones en los textos (eran como 11 en cada uno) y que no entendía qué era lo que no veía.
Aproveché para comentarle que ser corrector de estilo no es tan fácil como "sé escribir bien" y mucho menos con "sé las reglas de ortografía". Es un poquito más complejo que eso. No me lo volvió a discutir.
Hay un artículo no mío que lo retrata perfecto y me encanta, habla de toodo lo que te dicen cuando se enteran que eres correctora de estilo, ¡me parece muy divertido! Se los dejo para que no incurran en estos pequeños detalles un tanto exasperantes.
http://mobas.es/blog/2012/07/05/hartazgos-de-correctora/
¿Y como traductora?
Ahora, para mí, ser traductora es lo "más fácil" de estas tres, pero la verdad es que es bastante complejo, simplemente he tenido la enorme fortuna de tener práctica por años y de tener a un excelente maestro (mi padre).
Empecé a traducir cuando tenía como 16 años. Mi papá es traductor y empezó a pasarnos textos a mí y a mi hermano para que pudiéramos hacer algo de dinero extra. Feliz con la posibilidad de tener mi dinerito comencé a hacerlo y él me fue indicando lo que debía corregir y ajustar, así que podría decir que tengo como 10 años de experiencia o algo así, solo que no fue ininterrumpido.
Después de la prepa lo dejé y fue cuando se volvió intermitente. Actualmente me llegan pocas traducciones, así que no me dedico tanto a eso como a la corrección de estilo; sin embargo, es un oficio que llevo practicando -literal- toda mi vida, así que siempre lo cuento entre mis habilidades.
Con este breve resumen pueden darse una idea de lo que hago como correctora de estilo, redactora y traductora freelance.
Eso sí, freelance es no tener un horario, ni una oficina. El sueño de muchos, pero un quebradero de cabeza cuando estás empezando. Me extenderé de ello en otro post.
¿Sabías que eso era la corrección de estilo o la redacción?